Beppy, el maquinista del Midget

Con más palancas que un avión de combate y la actitud de quien no acepta límites, Beppy corre a puro instinto. No siempre gana, pero cada vez que acelera, deja en claro que la pasión sigue siendo la forma más pura de victoria.

El midget de Beppy parece una motoniveladora. Tiene una palanca para el freno de mano, otra para el embrague, una traba para dejarlo embragado, otra para el balance de frenos… y menos mal que le prohibieron aquel invento que, con una palanca más, le permitía cruzar los pesos para aumentar la tracción en un momento dado.

Por eso, cuando se le ocurre volver a correr en la fecha con piloto invitado, yo lo advierto: no cualquiera puede manejar ese auto. Tiene que ser alguien curtido, un maquinista —bromeo— o alguien que sepa de mecánica, que entienda instintivamente los principios físicos que rigen el funcionamiento de un automóvil. Si no, imposible.

Así surgió el nombre de Toro Drift, un pibe de Mendoza que corre en Drifting con un auto de plataforma BMW, motor V8 Toyota y carrocería de Coupé Torino. Se adaptó rápido: al ritmo de vida de la fábrica y al comportamiento de un Midget que se usa una sola vez al año.

No sé cómo hace, pero Beppy siempre se las ingenia para dar batalla y poner un auto temible en pista. Les corre de igual a igual a los mejores de la categoría, con el aliciente de que el brinda un show único. Y eso que más de un desprevenido ni imagina cómo viene manejando: entre palancas, mecanismos complejos y las dificultades propias de un auto que nunca termina de ser un prototipo.

De alguna manera, les falta el respeto. Lo hace de forma tan primitiva que a nadie le molesta, ni los sorprende.
Acelera en lugares insólitos, traza radios que solo él imagina y entrega el alma y el cuerpo. No logra ganarles, pero siempre está en la lucha.
Tal vez solo quiera mostrarles cómo sería la cosa si se lo tomara como un trabajo… y no como un momento de lujuria.

— Leo C.