Tiene su origen en un término francés que significa tina o bañadera. Curiosamente, este nombre fue argentinizado por algún entusiasta, y la razón detrás es evidente al observar cómo lucía un automóvil de 1910 al quitarle peso de la parte trasera: se asemejaba a una bañadera.
Las primeras baquets nacieron sin ningún tipo de diseño o atractivo estético. Eran creaciones puramente funcionales. Sin embargo, con el
paso del tiempo, comenzaron a surgir aspiraciones estilísticas, transformando a estos vehículos en las carrocerías más hermosas, estilizadas y livianas del mundo.
Lo fascinante de las baquets radica en su naturaleza totalmente
artesanal, que hace eco del espíritu del 'hazlo tú mismo'. Estas creaciones son un testimonio de la creatividad y habilidad de los apasionados constructores, quienes han transformado simples chasis en obras maestras sobre ruedas.
En un mundo cada vez más dominado por la producción en masa, las baquets nos recuerdan la belleza y el valor de lo hecho a mano, de la conexión entre el hombre y su máquina, y del arte intemporal de crear algo desde cero.
Estas imágenes corresponden al evento del pasado fin de semana: El “Gran Premio de Baquets” organizado por el Caar Rafaela y el Autodromo de Rafaela.
Prensa Collino.