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Ford F-150 Tremor en la cuenca lechera: barro, vacas y rollos

La mejor forma de conocer una pickup es sacarla de la foto publicitaria y meterla donde realmente se la necesita. Y eso fue exactamente lo que hicimos cuando Ford Argentina nos confió una F-150 Tremor para que la usemos, la disfrutemos… y les devolvamos feedback real.

Del camino rural al tambo

Arrancamos en caminos rurales consolidados, firmes pero con charcos generosos por las lluvias recientes. Ahí la Tremor demostró carácter y precisión: potencia impresionante, pasaje de marchas impecable, y un sistema de diferenciales que la hace avanzar como si siempre supiera a dónde ir.

Pero lo mejor llegó cuando ingresamos a un establecimiento lechero de la zona. Dentro de ese ámbito privado, la exigencia subió: senderos de barro profundo, terreno pisado por maquinaria y ganado, y todo lo que implica moverse por el corazón productivo del campo argentino.


La mejor forma de conocer una pickup es sacarla de la foto publicitaria y meterla donde realmente se la necesita. Y eso fue exactamente lo que hicimos cuando Ford Argentina nos confió una F-150 Tremor para que la usemos, la disfrutemos… y les devolvamos feedback real.

Una postal que define a la región

La prueba se desarrolló en una zona donde pequeñas poblaciones rurales conviven con una enorme cantidad de establecimientos agropecuarios. El paisaje se repite con orgullo: molinos de viento, vacas Holando Argentino y tambos de todas las escalas, desde emprendimientos familiares hasta instalaciones con tecnología de punta a nivel mundial.

No es raro ver camiones lecheros recorriendo los caminos en busca de la materia prima con la que las industrias producen leche, quesos, yogures y, por supuesto, ese símbolo nacional: el dulce de leche.

Nuestra ciudad, Sunchales, está en el corazón de la cuenca lechera más importante de Latinoamérica. Una región modelada por el trabajo diario de productores descendientes de inmigrantes —principalmente piamonteses— que hace más de un siglo llegaron desde el norte de Italia y se asentaron acá, sembrando lo que hoy es una de las zonas más productivas del país.

Y es en este entorno real —no idealizado— donde una pickup debe demostrar de qué está hecha.

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700 kg en la caja y un comportamiento ejemplar

Uno de los momentos clave de la prueba fue la carga de un rollo de alfalfa de aproximadamente 700 kg, que colocamos en la caja usando un Massey viejito con pala frontal, reconvertida en elevador. Una maniobra cotidiana en muchos campos, pero una verdadera prueba técnica para el vehículo.

¿Por qué? Porque al elevar tanto peso a una altura considerable, el centro de gravedad del conjunto se desplaza hacia arriba y hacia atrás, generando un escenario donde muchos vehículos pierden aplomo.

No fue el caso de la Tremor. Circulando dentro del establecimiento privado, se mantuvo firme, sin rolidos excesivos ni comportamientos impredecibles, incluso atravesando zonas de barro profundo. La suspensión, el reparto de pesos, y la gestión electrónica mostraron un equilibrio pocas veces visto en condiciones reales.

Y como si fuera poco, con ese mismo rollo cargado, volvimos por ruta hasta la fábrica, donde la camioneta quedó estacionada un par de días. Hasta que sonó el teléfono: había que devolver el alfalfa. Era, nada menos, la comida de un grupo de terneros. Parte de la prueba. Parte de la historia.


Tras superar una exigente fase de Pre-Qualy, Byte500 fue confirmado oficialmente por la organización y competirá en la categoría Porsche Cup, donde compartirá pista con escuderías de renombre como Williams Esports, Apex Racing Team, Impulse Racing y Team Fordzilla, entre otras.

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¿Por qué importa el centro de gravedad?

Cuando se carga un vehículo, no solo importa cuánto peso lleva, sino dónde está ese peso.

Un rollo de alfalfa como el que usamos es voluminoso y denso. Al apoyarse en la caja, eleva y retrasa el centro de gravedad del vehículo, y eso modifica su comportamiento:

  • Pérdida de estabilidad en curvas: mayores transferencias de pesos, que generan mayor inclinación lateral (rolido), lo que compromete la seguridad en maniobras rápidas.
  • Mayor inercia en cambios de dirección: la masa elevada dificulta la respuesta rápida al volante.
  • Menor tracción en el eje delantero: al desplazarse el peso hacia atrás, el grip del tren delantero disminuye.
  • Mayor exigencia para la suspensión trasera, sobre todo en caminos irregulares.

Lo notable de la F-150 Tremor es que, incluso con ese hándicap técnico, mantuvo un comportamiento sólido, sin rebotes ni movimientos erráticos. Eso habla de potencia, sí. Pero sobre todo de diseño inteligente, chasis bien pensado y suspensión bien calibrada. Todo eso que no se ve en una ficha técnica… pero que se nota cuando más lo necesitás.


Conclusión: uso real, resultados reales

Probamos la F-150 Tremor donde realmente tiene sentido probarla: en caminos rurales, en el barro de un tambo, con carga real, en condiciones reales.

Agradecemos a Ford Argentina por la confianza. Este tipo de experiencias nos permite conocer el producto en profundidad, pero también mostrar cómo marcas y empresas del interior productivo pueden construir valor en conjunto.

Acá, donde se produce gran parte del alimento del país, también se prueban los vehículos que lo hacen posible.

Posteo en redes sociales de Leonardo Collino, transitando el viraje a 90 grados con la F150 Tremor cargada con un rollo de alfalfa. La prueba se realizó en un camino cerrado en ambas direcciones y con todas las medidas de seguridad.