La mejor forma de conocer un auto es llevarlo al límite. Y cuando Ford Argentina confía en nosotros para probar su flamante modelo —el Mustang GT Performance— no solo lo hacemos con responsabilidad, sino también con pasión. Así fue como nació una experiencia de testeo inolvidable, en dos escenarios bien distintos pero igual de desafiantes: el mítico óvalo de Rafaela y el circuito de tierra de cuarto de milla en la localidad de Vila, Santa Fe.
Asfalto: precisión y potencia en el templo de la velocidad
La jornada comenzó en uno de los escenarios más emblemáticos del automovilismo nacional: el Autódromo Ciudad de Rafaela. Allí, los Mustang desplegaron todo su potencial en el circuito Nº2, combinando rectas veloces con curvas exigentes. El GT Performance alcanzó una marca destacada: 1:17 por vuelta, con velocidades de hasta 245 km/h en el frenaje de la curva 1. Un registro digno de autos de competición, logrado por un vehículo de calle.El sonido del Coyote Gen 4 V8, cortando a fondo en cada aceleración, fue la banda sonora perfecta.
Mustang GT Performance: evolución en cada detalle
El Mustang GT Performance es la máxima expresión de deportividad
dentro de la línea GT. Equipa un motor V8 5.0 litros Coyote Gen 4, capaz de
entregar 486 HP y un torque de 567 Nm, mejorando tanto en potencia como en
eficiencia respecto a su antecesor. La incorporación de doble admisión con
cuerpos de mariposa electrónicos y un sistema de escape activo le permiten una
respuesta inmediata y un sonido que evoca pura performance.
Comparado con el Mustang GT convencional, esta versión Performance
se destaca por una puesta a punto más radical: diferencial Torsen de
deslizamiento limitado, suspensión adaptativa MagneRide, frenos Brembo de seis
pistones en el eje delantero y neumáticos de alto rendimiento montados sobre
llantas específicas de 19”. Todo ello se traduce en un comportamiento dinámico
más firme, preciso y ágil, tanto en pista como en tramos exigentes.
Tierra: dominio, derrape y el caos controlado
El segundo escenario nos llevó a un terreno completamente distinto: el óvalo de tierra de Vila, un circuito corto que remite a las raíces del automovilismo más visceral. Allí, los Mustang se enfrentaron a un nuevo tipo de prueba: tracción, agilidad y manejo en condiciones de baja adherencia.Junto a Beppy Collino, uno de nuestros referentes en conducción, revivimos el espíritu de las viejas épocas. El Mustang, lejos de su hábitat natural, demostró una sorprendente adaptabilidad. En tierra, lo importante no es solo la potencia, sino la capacidad de leer el terreno, anticiparse al derrape y mantener el control cuando todo parece salirse de eje. Una experiencia que pone a prueba tanto al piloto como a la máquina.
Agradecimiento a Ford Argentina
Este testeo fue una oportunidad única de llevar los vehículos a contextos extremos, de experimentar sensaciones distintas y de confirmar, una vez más, la excelencia detrás de la marca Mustang.
Agradecemos profundamente a Ford Argentina por confiar en nosotros para este tipo de pruebas. Compartimos los mismos valores: pasión por los autos, búsqueda constante de la mejora y compromiso con la innovación. Vivencias como estas nos motivan a seguir explorando, desarrollando y comunicando lo que amamos: la experiencia automotor en su máxima expresión.
¿Asfalto o tierra? Nosotros elegimos ambos.
El escape que libera el alma del Mustang
Parte de esta experiencia fue posible gracias al desarrollo de nuestro nuevo sistema de escape de acero inoxidable para Ford Mustang GT, un producto exclusivo de Collino, diseñado en colaboración con @conforma.inox.
Este escape fue creado para quienes quieren ir un paso más allá en rendimiento y sonido, manteniendo la estética original pero liberando todo el carácter del V8.Fabricado en acero inoxidable de alta calidad, cuenta con un diámetro de 3 pulgadas y un largo total de 78,74 pulgadas, optimizando el flujo de gases y entregando un tono más profundo y deportivo sin necesidad de modificaciones estructurales.
Es importante destacar que este sistema no incluye catalizador, por lo que está orientado a usos específicos donde la performance es lo fundamental.
